La inteligencia artificial (IA) se está consolidando cada vez más como una herramienta de apoyo en el diagnóstico médico, capaz de detectar anomalías invisibles al ojo humano y de acelerar ciertas decisiones, especialmente en áreas como la imagenología o los servicios de urgencias. Sin embargo, su integración plantea muchas interrogantes: ¿puede realmente reemplazar la experiencia humana? ¿Cuáles son los desafíos éticos, legales y prácticos de su uso? Tres especialistas comparten su visión sobre los beneficios, las limitaciones y las condiciones necesarias para un uso responsable de la IA en el ámbito médico.
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