La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la prestación de asistencia sanitaria primaria a través de la teleconsulta. La teleconsulta, que consiste en la prestación de atención médica a distancia mediante tecnologías de la comunicación, aumentó exponencialmente durante la pandemia. Esto se debe a que ofrece una forma segura y cómoda de prestar atención médica al tiempo que minimiza el riesgo de exposición al virus.
El impacto de la teleconsulta en la atención primaria durante la pandemia fue notable en varios aspectos. En primer lugar, permitió a los proveedores de atención sanitaria seguir ofreciendo servicios a los pacientes sin necesidad de visitas presenciales, lo que fue crucial para garantizar la continuidad de la atención durante los periodos de cierre y distanciamiento social. Además, ha mejorado el acceso a la sanidad de quienes, de otro modo, tendrían dificultades para acceder a los servicios sanitarios, como los ancianos, las personas con discapacidad o quienes viven en zonas rurales o remotas.
Sin embargo, la teleconsulta también ha planteado retos, como la brecha digital que puede excluir a quienes carecen de acceso a internet o a la tecnología adecuada, así como la preocupación por la calidad de la atención y la confidencialidad de los datos. En conjunto, la repercusión de la teleconsulta en la atención primaria durante la pandemia de COVID-19 ha sido significativa y ha propiciado cambios duraderos en la forma de prestar y percibir la asistencia sanitaria.
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